Gasset llegó a su casa poco antes de las 6 de la mañana. Quisiera haber llegado borracho, después de una fiesta, pero la verdad es que se había pasado la noche trabajando, buscando pistas. Se dedicaba intensamente a su único caso, a pesar de la insatisfacción q. le producía hacer algo tan indigno...
El antaño preclaro detective había visto disminuir sus ingresos y ya no podía escoger, ahora era él el escogido.
Dejó sobre su escritorio el botín de la noche, las fotos de la amante insaciable - aunque sorprendentemente discreta – y el marido de la cornuda clienta. Al echar un vistazo al correo le extrañó ver una carta sin sello de correos ni remitente. Tiró a la basura la propaganda mientras fue a la cocina para prepararse una cena-desayuno.
Tras suavizar el sufrimiento de sus tripas, se fue directo al “sobre”, dispuesto a dormir. [...] No tardó en darse cuenta que le iba a resultar imposible: Necesitaba leer la carta, no soportaba no saber. [...]
Un rápido movimiento con el abrecartas le alejó de la inquietud que trae consigo la obsesión, aunque sólo fue por un instante. La carta estaba escrita en ordenador y no estaba firmada.
“Estimado detective, llevo varios años siguiendo su trabajo con admiración. Siento una gran satisfacción al contactar con usted aunque la comunicación sea sólo en una dirección. Conozco de sobra su reputación y creo que usted también conoce la mía. Los últimos meses habrá oído en las noticias los resultados de mis acciones: Una larga serie de asesinatos, aparentemente inconexos, e imposibles de resolver por la policía.
No le envío esta carta con la esperanza (ni siquiera inconsciente) de ser atrapado, nada más lejos de la realidad. Simplemente estoy harto de la mediocridad que me rodea. Necesito un adversario digno al que poder batir.
Ambos sabemos cómo va esto: Si acude a la policía ellos no le permitirán colaborar en la investigación, probablemente incluso le señalaran como sospechoso y eso hará que mi víctima nº12 no tenga ninguna posibilidad. Este podría o no ser mi último asesinato. Quién sabe, un encuentro cara a cara podría ser interesante; Usted decide.
No se moleste en buscar huellas, no las hallará. Simplemente resuelva las pistas a tiempo y alcanzaremos el destino que Dios halla elegido para nosotros.”
Después de esta introducción había una serie de pistas que no quiso mirar.
Gasset salió del mundo y se quedó ensimismado hasta que decidió tratar de resolverlo por su cuenta. No quiso involucrar a la policía al menos hasta saber que decía la carta. Sus últimos encontronazos con la pasma habían sido bastante denigrantes: Le llamaban “El Paparazzi”. Ni siquiera quiso fotocopiar la carta y entregársela, hubiera sido totalmente improductivo según pensó el detective, que coincidía en eso con el remitente.
Volvió a repasar lo leído con la esperanza de aclarar un poco la situación, tratando de encasillar al escritor en algún tipo de personalidad delirante, prestando especial atención a algunas palabras y en la forma en que estaban enlazadas.
De repente, un bostezo.
Gasset no estaba aburrido, por lo que entendió que no era esa la causa del mismo. Las ganas de dormir habían quedado aparcadas junto a la mesilla de noche, pero el ticket de estacionamiento estaba a punto de desvanecerse y, como no quería poner otro a base de cafeína, decidió arrancar de nuevo el motor de su viaje onírico. Necesitaba toda su capacidad, aunque antes de eso le echó un vistazo a las pistas; Confiaba en que el sueño REM le ayudara a esclarecer la oscuridad que le embargaba. [...]
7 horas después se levantó dispuesto a volver a superarse a sí mismo. Desayunó fuerte a la hora de comer y se acomodó en su sillón de pensar. Allí, recomenzó la lectura:
PISTA 1
En las paradas rojas observo xenofobia irracional. Me odio al seguir espiando sin inmutarme. No actúo todavía, observo. Siempre es raro aunque en ningún lado atisbo comodidad. Antiguamente lamentaba los errores, mi inconsciente sudaba ketchup absurdamente; Tras otras noches incluso chorreaba. Ni un minuto esperaré, rociaré odio sí. Estoy satisfecho. Éstos no tienen alma y son estériles, insignificantes seres.
- ¡Joder! - Soltó Gasset en voz alta – a este tío se va la olla.
El detective, pese a todas las cosas raras que había visto durante su carrera se había quedado estupefacto. Lo que más le llamó la atención fue que parecía que faltaban palabras; Pensó que lo importante podía ser algo relacionado con las palabras que faltaban, pero no le convenció su propia idea. Pese a los recursos poéticos incrustados a presión resultaba una prosa bastante pobre, no parecía estar escrita por la misma persona que empezó la carta. Finalmente, una sonrisa se dibujó en la cara del investigador: La pista nº1 estaba redactada mediante acrónimos por palabras. Un rápido vistazo le permitió deducir que el resto de los acertijos no usaban el mismo patrón.
Ya sabía el lugar del crimen por lo que podría haber ido allá para avisar al sujeto o avisar a la policía. Por otro lado... ¿y si era una trampa? Necesitaba resolverlo todo, eso le permitiría además aprender más cosas sobre su antagonista. Como suele decirse, el saber es poder y el poder... nunca es suficiente.
PISTA 2
Fm btftjñbup tfsb fm ejb wfjñuf ef ftuf nft b mbt ñvfwf ef mb nbobñb.
Lo primero que infirió Gasset fue que podía tratarse de otro idioma. Para saber más tenía que hablar con una lingüista que conocía. El único problema era que volvía de vacaciones 2 días más tarde. Al pasar a la siguiente pista, dudó de si debía llevar la carta a la comisaría. ¿Sería una buena idea? [Siento romper la fantasía, persona que lee, pero como narrador necesito que imagines que tú eres Gasset ¿Qué harías en este momento? Y ahora, si es posible, continuemos...]
El detective fue a la cocina a calentar agua para prepararse un mate [...] De vuelta en el sillón, mientras sorbía con deleite el estimulante siguió con la lectura.
PISTA 3
Orrepimaèradolesy
Èravellolem
Odagìhleèreartxeel
Orecinracedollihcucnunocèrallogedel
Esta era sencilla. Tiempo atrás se encontró con pautas similares en otros casos, todos ellos ya resueltos.
PISTA 4
Pronombre egocéntrico. Futuro del Fresh Prince. Presente de got. Costillas con “b” en vez de “d”. Encendido no. Primera palabra del fin, al menos en las películas antiguas. El objeto de la Pista 3. La apestosa dama de hierro del neoliberalismo sin Cher haciéndole los coros. 4ª, 1ª y penúltima letras formando una única palabra.
Esta le llevó más tiempo, pero no mucho.
<<Voy a buen ritmo – pensó – Voy a aprovechar para quedar con mi clienta. Tras darle las malas noticias y las fotos, que viene a ser lo mismo, haré la compra y seguiré con esto después de la comida>>
Ese era el plan, al menos. Sin embargo... la retremenda necesidad de consuelo de la desconsolada permitió que el sol desapareciera antes de regresar el detective a su casa.
Tras cenar, comenzó la última y más elaborada de todas.
PISTA 5
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Gasset pasó varias horas tratando de resolver este último enigma. Las tazas de café se sucedían como en un bucle. Podría haber tardado menos pero aún estaba distraído con lo que había pasado con su última clienta y tardó en darse cuenta que cada letra guardaba cierta relación con su correspondiente jeroglífico. Los puntos también le retrasaron pues al principio pensó que eran algo más, pero no, eran sólo puntos.
[Esta frase me hace gracia, pues es el final del relato, en cuanto a lo que a mí me compete. Quien lee espera encontrar el desenlace, pero no, eran sólo puntos. ¿Llegó a tiempo el detective? Tú sabrás, como ya te dije, tú eres Gasset, así que en base a la información que tienes medita cómo actuarías y trata de inventarte tú el final. Si te faltan datos será más dificil que seas objetivo a la hora de inventártelo y se te quedará esa sensación de haber perdido a lo tonto 10 minutos de tu vida; Si no, trata de ser objetiv@ a la hora de recrearlo, la autocrítica siempre es positiva. Y hablando de eso, reconozco que el relato hubiera quedado mejor si hubiera escrito 400 finales alternativos para que todo el mundo encontrara su propia aventura terminada, pero bueno, es que soy un poco vaguete :P]
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