UN ALDABONAZO
EL 14/4/31 España volvió a ser republicana. El 9/9/31 Ortega y Gasset escribió

este artículo en "El Crisol". Desde q. sobrevino el nuevo régimen no he escrito una sola palabra q. no fuese para decir directa o indirectamente esto: ¡¡¡No falsifiqueis la República!!! ¡¡¡No olvideis ni un instante cómo y x qué advino!!!
En suma: autenticidad, autenticidad...
Con esta predicación no proponía yo a los republicanos ninguna virtud superflua y de ornamento. Es decir, q. no se trata de 2 Repúblicas igualmente posibles - una, la auténtica española, otra, imaginaria y falsificada - No: la República en España o es la q. triunfó, la auténtica, o no será. Así, sin duda ni remisión.
¿Cuál es la República auténtica y cuál la falsificada? ¿La de "derecha", la de "izquierda"? Siempre he protestado contra la vaguedad esterilizadora de estas palabras, q. no responden al estilo vital del presente -ni en España ni fuera de España- (...) No es cuestión de "derecha" ni de "izquierda" la auténticidad de nuestra República, xq no es cuestión de contenido en los programas. El tiempo presente, y muy especialmente en España, tolera el programa + avanzado. Todo depende del modo y del tono. Lo q. España no tolera ni ha tolerado nunca es el "radicalismo" - es decir, el modo tajante de imponer un programa -. X muchas razones, pero entre ellas una q. las resume todas. El radicalismo sólo es posible cuando hay un absoluto vencedor y un absoluto vencido. Sólo entonces puede aquél proceder perentoriamente y sin miramientos a operar sobre el cuerpo de éste. Pero es el caso q. España - compárese su historia con cualquier otra - no acepta q. haya ni absoluto vencedor ni absoluto vencido.
(...) Pero en esta hora de nuestro destino acontece, además, q. ni siquiera ha habido vencedores ni vencidos en sentido propio, x la sencilla razón de q. no ha habido lucha, sino sólo conato de ella. Y es grotesco el aire triunfal de algunas gentes cuando pretenden fundar la ejecutividad de sus propósitos en la revolución. Mientras no se destierre de discursos y artículos esa "revolución" de q. tanto reclaman y q., como los impuestos en Roma, ha comenzado x no existir, la República no habrá recobrado su tono limpio, su son de buena ley. Nada + ridículo q. querer cobrar cómodamente una revolución q. no nos ha hecho padecer ni nos ha costado duros y largos esfuerzos. Son muy pocos los q., de verdad, han sufrido x ella, y la escasez de su número subraya la inasistencia de los demás. Una cosa es respetar y venerar la noble energía con q. algunos prepararon una revolución y otra suponer q. se ha ejecutado. Llamar revolución al cambio de régimen acontecido en España es la tergiversación + grande y desorientadora q. puede cometerse. Lo digo así, taxativamente, xq es excesiva la tardanza de muchas gentes en reconocer su error, y no es cosa de q. sigan confundidos los ciegos con los q. ven claro. Se hacen urgetísima una división de actitudes para q. cada cual lleve sobre sus hombros la responsabilidad q. le corresponde y no se le cargue la ajena.
Las Cortes Constituyentes deben ir sin vacilación a una reforma, pero sin radicalismo - esto es, sin violencia y arbitrariedad partidista -. En un Estado sólidamente constituido pueden, sin riesgo último, comportarse los grupos con cierta dosis de espíritu propagandista; pero en una hora constituyente eso sería mortal. Significaría prisa x aprovechar el resquicio de una situación inestable, y el pueblo acaba x escupir de sí a todo el q. "se aprovecha". Lo q. ha desprestigiado + a la Monarquía fue q. se "aprovechase" de los resortes del Poder público puestos en su mano.
Una jornada magnífica como esta , en q. puede colocarse holgadamente y sin dejar la deuda de grandes heridas y hondas acritudes, al pueblo español frente a su destino claro y abierto, puede ser anulada x la torpeza del propagandismo.
Yo confío en q. los partidos (...) no pretenderán hacer triunfar a quemarropa, sin lentas y sólidas propagandas en el país, lo peculiar de sus programas. La falsa victoria q. hoy, x un azar parlamentario, pudieran conseguir caería sobre la propia cabeza. La historia no se deja fácilmente sorprender. A veces lo finge, pero es tragarse + absolutamente a los estupradores.
Una cantidad inmensa de españoles q. colaboraron en el advenimiento de la República con su acción, con su voto o con lo q. es + eficaz q. todo esto, con su esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos:
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La República es una cosa. El "radicalismo" es otra. Si no, al tiempo.
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